“El
benchmarking es una herramienta de control de calidad y mejora continua, que
lleva a la empresa por el camino de la competitividad y la sostenibilidad, a
través de la innovación”.
Campo
Elías Camacho Marín
Uno de los mayores
retos de los productos es mantener su atractivo —sin perder su esencia u originalidad— a partir de la innovación. Para enfrentar este desafío, los gestores de
marketing acuden a diversas técnicas, entre ellas, el benchmarking, el cual se
define como “un
proceso sistemático y continuo para evaluar los productos, servicios y procesos
de trabajo de las organizaciones que son reconocidas como representantes de las
mejores prácticas, con el propósito de realizar mejoras organizacionales”
(Spendolini, 2006).
De las experiencias y de los errores se
aprende, en tal sentido, la voz de los clientes es fuente de información para
detectar en qué fallan los productos, qué les hace falta, por qué no logran
satisfacer y/o cumplir las expectativas de los consumidores, qué ventajas
tienen los de la competencia. Por esto, se considera que el benchmarking más
que una herramienta del marketing para las empresas, es una guía de
aprendizaje.
Así pues, el benchmarking como
aprendizaje, se convierte en una herramienta fundamental que puede guiar a la
gente hacia el proceso de analizar el exterior en busca de ideas e inspiración,
en esencia, una herramienta para la organización que aprende, en pro de una
mejora continua, que utiliza las prácticas de las mejores empresas.
El benchmarking es un proceso continuo por
el cual se toma como referencia los productos, servicios e incluso, procesos de
trabajo de compañías líderes, que evidencien las mejores prácticas sobre un
área de interés, con el propósito de transferir el know how de dichas prácticas
y su aplicación, a la empresa que lo ejecute.
El
objetivo en el
proceso de Benchmarking
es aportar útiles
elementos de juicio
y conocimiento a las empresas
que les permita
identificar cuáles son
los mejores enfoques de los mejores ejemplos que conduzcan a la
optimización de sus estrategias
y de sus
procesos productivos (Coba, 2006) .
El benchmarking no es sólo un estudio
comparativo de datos. Sus alcances son más extensos: apuntan al mejoramiento de
la organización, de la estructura productiva o de las políticas internas para
lograr ventajas competitivas (Boxwell,1994).
Al respecto, se puede afirmar entonces
que el benchmarking es una herramienta de control de calidad y mejora continua,
que lleva a la empresa por el camino de la competitividad y la sostenibilidad,
a través de la innovación (Camacho, 2019).
Por lo anterior, se
propone hacer uso del benchmarking en la empresa con el objetivo de mejorar sus
competencias en innovación, para lo cual es menester, fortalecer técnicas de
generación de ideas y lograr modelos de negocios productivos y sostenibles, los
cuales se pueden adaptar a la organización, a partir de modelos existentes en
otras compañías.
Innovar es un
reto, que hoy enfrentan los productos, sobre todo, cuando se hallan en su etapa
de madurez. En tal sentido, es importante realizar seguimiento a los productos
competidores para detectar cambios sustanciales que impacten al consumidor, y
que representen un nuevo uso o función, un nuevo diseño, presentación o
característica que incida en la percepción de los clientes.
De ahí que, se
afirme que el benchmarking fomenta
el intercambio de ideas, más que de datos y estadísticas. Al recoger
información del exterior, se convierte en un proceso sistemático basado en
buscar, introducir e identificar las mejores prácticas de negocio. Así, se
reconoce como una técnica de gestión basada en la comparación, emulación,
adaptación y contextualización de productos, servicios y procesos desarrollados
por los competidores o no, de una industria o sector específico de mercado.
“No se trata de copiar lo
que está haciendo tu competencia, si no de aprender que están haciendo los
líderes para implementarlo en tu empresa añadiéndole mejoras. Si tomamos como
referencia a aquellos que destacan en el área que queremos mejorar y estudiamos
sus estrategias, métodos y técnicas para posteriormente mejorarlas y adaptarlas
a nuestra empresa, conseguiremos alcanzar un nivel alto de competitividad”
(Espinosa, 2017).
Por ende, y según el área a
mejorar, es necesario considerar el tipo de benchmarking a implementar, de
acuerdo con Vanegas y Angulo (2012), normalmente
se dan dos clasificaciones del benchmarking, llamados de proceso y competitivo,
siendo el primero de tipo interno, y el segundo, de tipo externo. Sin embargo,
existe una tercera clasificación, denominada benchmarking estratégico o
funcional.
El de Proceso: Es interno, compara
prácticas, procesos de trabajo que se realizan internamente y buscan detectar
procesos más efectivos y eficientes para transferir de la competencia a la
empresa, lo que implica analizar una parte o varias partes de una organización
competidora.
El Competitivo: Es externo, busca
identificar los valores agregados de los productos, servicios y trabajos de los
competidores, en especial en su Front Office: lo que el cliente percibe; lo que
ve.
Conocer las prácticas de la
competencia, jugar el rol de cliente, detectar como forjan ventajas por las
características del producto, del servicio, precio, calidad, atención al
cliente, sistemas de distribución, publicidad, etc., para reciclar e
implementar.
El Estratégico: se denomina también
funcional. No mira directamente al competidor del sector o industria en el que
está inserta la empresa. Mira cualquier organización que es exitosa, las
llamadas empresas ejemplares. El evaluar las no competidoras y sus caminos
hacia el éxito, son otro aporte invaluable para hacer mejoramiento y retornar
elementos que difícilmente surgirán de la propia dinámica de la empresa.
El benchmarking tiene como
propósitos y resultados observar y comparar, evaluar y adaptar, aprender e imitar, mejorar y superarse. Son estos dos últimos
aspectos, los que llevan a innovar a las empresas, al hacer uso de él.
buenas tardes, el concepto de benchmarking lo tenía errado, pensaba que era hacer lo mismo que hacen los demás, en realidad, copiar, pero hoy, leyendo este artículo suyo, me doy cuenta que estaba errado. Como bien lo dice usted, es una herramienta que nos ayuda a ver cómo estamos y que podemos hacer para mejorar, a partir de las experiencias de otros, adaptando esas buenas prácticas a nuestro contexto.
ResponderEliminarFelicitaciones por tan buen escrito doctor Campo Elías Camacho Marín.
Saludos y bendiciones desde Costa Rica de parte de este amigo Erick Santiago Restrepo