miércoles, 7 de marzo de 2018

Instrumentos del Lobbying

Métodos y mecanismos de presión para generar atención, opinión y decisión. 

Ante la aparición de un nuevo orden mundial y a la necesidad de los países de establecer sus propias políticas y leyes, el lobbying como herramienta de información y persuasión para la toma de decisiones, formaliza las relaciones público-privadas, lo que garantiza mayor transparencia y participación de distintos actores en el proceso de toma de decisiones públicas.

Sirve de enlace para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho de petición sin necesidad de tener un contacto al interior del Estado. La democracia de hoy no se concibe sin el lobbying como elemento necesario en la formación de opinión pública y mecanismo de influencia en las acciones y decisiones de los políticos.

En un estado democrático, los mecanismos de participación ciudadana son formas de expresión del derecho a manifestarse, pronunciarse y ejercer presión. El modelo democrático de Colombia les permite a los ciudadanos participar en las decisiones que definan el rumbo del país, mediante los diferentes mecanismos de participación ciudadana.

"Todo ciudadano colombiano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político", así lo consagra el artículo 40 de la Constitución Política, lo que, de una manera u otra, le da el aval al denominado Lobbying Ciudadano. 

De acuerdo con el artículo 103 de la Constitución Colombiana, "son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato".

Ahora bien, ninguna de estas manifestaciones, sin el apoyo de la prensa, logran generar consenso y opinión pública, por ende, la gestión de lobbying debe acompañarse con una estrategia de medios, la cual hará del tema expuesto, la causa u objetivo buscado, algo mediático, donde la opinión ciudadana genere alta presión.


En opinión de Jairo Shiman, en la sección de Actualidad del Diario ADN de la ciudad de Barranquilla, del miércoles 28 de febrero de 2018 y en alusión a los mecanismos de presión del Lobbying

"Protestas, plantones, marchas y demás expresiones de protestas no sirven para nada por sí mismas; es la prensa la que permite que tenga validez. Tienen que visibilizarse, o si no, no existen. Por sí solas servían antes, cuando las ciudades eran pequeñas. Es algo similar a lo que ocurre con los cortejos fúnebres, que cruzan media ciudad con el ataúd en hombros. Al tratarse de un muerto ajeno, desconocido, el cortejo es percibido como traumático para la movilidad. Así se perciben esas protestas: inútiles. La única excepción es cuando son masivas".


Por eso, la importancia del lobbying resulta cada vez más evidente. En su aplicación y desarrollo, una campaña de lobby para hacer presión, integra a sus instrumentos, unos métodos y mecanismos con ese fin, los cuales ilustramos en la siguiente gráfica:


En su artículo de Cabildeo, publicado en el blog Apuntes de Didáctica y Proyectos, Lizeth Orellana (2012) considera las siguientes Condiciones para realizar una Campaña de Lobbying:      

- Escoger y definir un problema o tema específico
- Tener un objetivo claro y concreto
- Determinar el blanco de acción
- Analizar el escenario político para ubicar a los actores con poder de decisión
- Desarrollar una estrategia de influencia política sobre los actores con poder de decisión (decisions-makers)
- Elaborar un plan de actividades
- Revisión y evaluación de los resultados

viernes, 2 de marzo de 2018

Lobbying y Ética

Acabar con las malas prácticas del Lobbying es una tarea pendiente en Colombia. Los NO del Lobbying.

En Colombia y otros países latinoamericanos, el Lobbying es una actividad al garete, de la que los ciudadanos no tienen una percepción positiva, debido a la falta de regulación y profesionalización de la misma. Los escándalos relacionados con el lobby son un reflejo de esa falta, razón por la cual, es imperioso regularlo. 

Desde la conformación de los territorios en naciones, la representación de intereses frente a las instituciones públicas ha sido un ejercicio por el que siempre se ha abogado. Hacer Lobbying es hacer democracia. Es un cabildo abierto para expresar los derechos de las minorías, los grupos de interés, las asociaciones, comunidades y colectivos, elevar peticiones, defender intereses y buscar soluciones.

En tal sentido, la finalidad de las regulaciones sobre lobby es asegurar que haya transparencia respecto al impacto que tiene el lobby en los procesos de toma de decisiones, así como rendición de cuentas sobre las políticas y las leyes que se adoptan. La regulación del lobby debe procurar generar un terreno más equilibrado, que permita a todos los actores participar en el proceso de toma de decisiones en condiciones de igualdad, y es necesario que existan mecanismos específicos para evitar que posibles conflictos de intereses influyan en el proceso de toma de decisiones (lobbyingtransparency, 2015).

Así, todo lo anterior nos lleva a que Colombia se sume a la lista de países que a través del lobbying realizan un gobierno abierto, pluralista y participativo. Para lograrlo, es necesario profesionalizarlo como disciplina, lo que implica que haya una ley que establezca un marco de referencia, unas pautas de conducta y ética para su desarrollo, aplicación y desempeño.

En todo caso, las medidas que se apliquen para legalizarlo, deben cerrarles las puertas a las malas prácticas, por ende, habrán de ser rigurosas, exhaustivas y eficaces, garantizando que este se base en una gestión transparente, confiable y ética.
En el contexto latinoamericano, países como Brasil, Chile y Perú, cuentan con leyes que reglamentan el lobby; así mismo, Estados Unidos y Canadá en Norte América.  Dichas leyes propenden por un código de buenas prácticas para lobbistas, con el que se oficializa el oficio, llevándolo a un plano profesional, abordando tres (3) áreas clave e interrelacionadas entre sí, por medio de las cuales se garantiza una regulación efectiva del lobby, estas áreas son: la transparencia, la integridad y la participación.

El lobbying NO es tráfico de influencias, NO es profesionalización del amiguismo, NO es trabajo al margen de la legalidad, NO es negociación a espaldas del cliente, NO es caer en sobornos, en fin, el lobbying no tiene porque ser una práctica amañada con signos de faltas éticas.

Por el contrario, el lobby es una actividad legítima y una parte importante del proceso democrático. Al influir en el proceso de la toma de decisiones, el lobby puede mejorar el diseño y los resultados de las políticas públicas, tanto para beneficio de los directamente interesados, como para la sociedad en su conjunto (leylobby.gob.cl).

Tomando como referencia lo expuesto en el párrafo anterior, acabar con las malas prácticas del lobbying es una tarea pendiente en Colombia, la cual no da espera, por lo que es menester del Congreso de la República fijar unas reglas claras para su labor.

La figura del lobbista es importante, tanto para el Senado como para la Cámara, ya que muchos legisladores ven en este profesional una garantía, por cuanto en el desempeño de sus funciones, su principal virtud es la de transmitir inteligentemente y persuasivamente un mensaje específico, sintetizarlo y adaptarlo a los distintos públicos con los que les corresponde tratar; razón por la cual, en algún momento el expresidente estadounidense John F. Kennedy afirmó:

“Los lobbistas me hacen entender un problema en diez minutos, mis asesores tardan tres días”.

Por ello, es necesario que la ciudadanía tenga claro qué papel cumple el lobbista en la sociedad, cuáles son sus límites y alcances, y sus aportes a la democracia, lo que hace de él, un elemento clave para hacer patria. 

Frente a esta realidad, es tiempo de oficializar una ley de transparencia, acceso a la información y buen gobierno, con la que el lobbying tome una imagen favorable, ya que, ejercido debidamente, el lobbying es una excelente fuente de información para los poderes públicos a la hora de tomar decisiones (Casajoana, 2005).

En Colombia, algunos ejemplos de lobbying destacados y que de una u otra manera han ejercido poder e influenciado en las decisiones del país y las leyes que regulan el acontecer de la vida nacional, son:

- El lobby de las EPS, los Fondos de Pensiones y las Cajas de Compensación Familiar
- El lobby de la Iglesia
- El lobby de los Sindicatos
- El lobby de los Ambientalistas, Ecologistas y Animalistas
- El lobby de las Feministas.