jueves, 27 de noviembre de 2025

5 Reglas de Oro para una Comunicación Eficaz en las Organizaciones


Regla #1. Hacer preguntas abiertas

Las preguntas abiertas permiten obtener información más rica, matizada y honesta. No se limitan a “sí” o “no”, sino que invitan a la reflexión: ¿Cómo te sientes respecto al proyecto?, ¿Qué alternativas ves para resolver este reto?

En el contexto organizacional:

Las organizaciones que fomentan preguntas abiertas generan equipos más creativos, líderes más cercanos y procesos de mejora continua más sólidos. Un gerente que pregunta “¿Qué propones tú?” en lugar de “¿Está claro?” promueve participación, autonomía y sentido de pertenencia.


Regla #2. Escuchar con la máxima atención

La escucha activa implica prestar atención real —a las palabras, al tono, a lo que se dice y a lo que se evita—. Es escuchar sin preparar la respuesta, sin interrumpir, sin juzgar y sin distraerse.

En el contexto organizacional:

Las empresas donde se practica la escucha activa fortalecen el clima laboral, reducen los conflictos y aumentan la productividad. Un líder que escucha completamente puede detectar problemas antes de que estallen, apoyar mejor a su equipo y tomar decisiones más acertadas. La escucha profunda es uno de los pilares del liderazgo transformacional.


3. Empatizar con el receptor

La empatía no es solo entender al otro, sino reconocer cómo se siente y adaptar el mensaje según su estado emocional. Implica ponerse en sus zapatos y conectar desde la humanidad.

En el contexto organizacional:

En un entorno laboral, la empatía es clave para la gestión del talento, la retención, la cohesión del equipo y la resolución de conflictos. Un colaborador que se siente comprendido aumenta su compromiso y su rendimiento. La empatía convierte conversaciones difíciles en oportunidades de crecimiento colectivo.


4. Captar las señales del receptor

Las señales no verbales —mirada, gestos, postura, silencios, ritmo del discurso— revelan información que las palabras muchas veces ocultan. Saber leer estas señales permite ajustar el ritmo, el tono y el contenido.

En el contexto organizacional:

En reuniones, negociaciones o conversaciones de retroalimentación, leer las señales del otro evita malentendidos, cerciora el entendimiento y mejora la eficacia comunicativa. En ventas internas o externas, detectar dudas no expresadas o gestos de incomodidad permite reorientar la conversación antes de que se pierda la oportunidad.


5. Hablar el mismo lenguaje que el receptor

Esto no significa solo compartir vocabulario, sino adaptar el tono, el nivel técnico, el enfoque y el estilo comunicativo a quien recibe el mensaje. Un mismo contenido puede comunicar inclusión o generar distancia según cómo se exprese.

En el contexto organizacional:

Una organización que ajusta sus mensajes a distintos públicos —colaboradores, proveedores, directivos, clientes, comunidades— obtiene mayor claridad y evita distorsiones. Usar un lenguaje comprensible, coherente y alineado con el oyente fortalece la cultura organizacional, potencia el trabajo en equipo y mejora la toma de decisiones.


Conclusión

Aplicar estas cinco reglas de oro no solo mejora la comunicación interpersonal, sino que transforma la cultura organizacional. Equipos que se escuchan, líderes que preguntan, colaboradores que empatizan y organizaciones que hablan un mismo lenguaje construyen entornos más humanos, eficientes y productivos.

 

jueves, 20 de noviembre de 2025

Rosario del buen lobista: guía práctica

 1. Claridad en los objetivos

Idea clave: Saber exactamente qué se busca y cuál es el impacto esperado.
Discusión sugerida: ¿Por qué los objetivos mal definidos generan estrategias débiles?
Actividad: Diseñar un objetivo de incidencia SMART sobre un caso hipotético.


2. Ética como fundamento

Idea clave: El lobbying pierde toda legitimidad sin ética.
Discusión sugerida: Analizar dilemas éticos comunes del lobbying.
Actividad: Analizar casos de dilemas éticos


3. Información veraz y verificable

Idea clave: La credibilidad es el activo central del lobista.
Discusión sugerida: ¿Qué diferencia un argumento sólido de uno manipulador?
Actividad: Evaluar la calidad de fuentes de un dossier de incidencia.


4. Construcción de relaciones a largo plazo

Idea clave: El lobbying es confianza acumulada, no improvisación.
Discusión sugerida: ¿Cómo se construyen relaciones sostenibles sin caer en prácticas indebidas?
Actividad: Simulación de networking profesional.


5. Comunicación clara, simple y estratégica

Idea clave: Los mensajes confusos se pierden; los simples avanzan.
Discusión sugerida: Estudiar discursos o pitch de incidencia de 1 minuto.
Actividad: Redactar un mensaje clave (key message) de 30 palabras.


6. Conocer el entorno institucional

Idea clave: Sin comprender procedimientos, actores y tiempos, la estrategia falla.
Discusión sugerida: Mapa del proceso legislativo o regulatorio colombiano u otro país.
Actividad: Elaborar un “mapa de poder” de actores relevantes en un caso.


7. Escucha activa a los stakeholders

Idea clave: Entender intereses ajenos permite ofrecer soluciones viables.
Discusión sugerida: Diferencias entre escuchar, interpretar y responder.
Actividad: Role play: entrevista técnica a un tomador de decisiones.


8. Adaptabilidad y lectura del contexto

Idea clave: Los entornos políticos cambian; el lobista debe adaptarse.
Discusión sugerida: ¿Cómo afectan las coyunturas políticas una estrategia de incidencia?
Actividad: Análisis rápido de contexto (situación hipotética).


9. Soluciones ganar-ganar

Idea clave: El lobbying exitoso genera valor para varias partes.
Discusión sugerida: ¿Cómo se negocia sin perder el objetivo ni cerrar puertas?
Actividad: Construcción de una propuesta equilibrada entre sectores.


10. Prudencia con la información sensible

Idea clave: No toda información se comparte, ni con todos.
Discusión sugerida: Riesgos del mal manejo de información en procesos públicos.
Actividad: Identificar información sensible en un documento simulado.


11. Documentación y trazabilidad

Idea clave: Registrarlo todo evita conflictos y mejora la transparencia.
Discusión sugerida: ¿Qué debe contener un reporte de gestión de lobby?
Actividad: Crear un formato básico de registro de reuniones.


12. Profesionalismo integral

Idea clave: La reputación del lobista se construye con comportamiento.
Discusión sugerida: ¿Qué comportamientos suman o restan reputación?
Actividad: Autoevaluación de competencias profesionales del lobista.

 

El Lobbying: entre la sombra de la corrupción y la transparencia de la gestión

 El lobbying es una actividad de influencia legítima que, si bien puede parecer espuria y propensa a la corrupción, es un mecanismo de participación vital en la gestión democrática. Se sitúa en una zona gris entre lo transparente y lo oculto, ya que sus prácticas pueden ser éticas y transparentes o ilegales y corruptas. 

Corrupción vs. Transparencia 

El lobbying puede verse como una forma de participación cívica en la que grupos de interés, como empresas, sindicatos u organizaciones no gubernamentales (ONGs), buscan influir en las decisiones políticas para proteger sus intereses. Por ejemplo, una ONG podría cabildear a favor de una ley de protección ambiental, mientras que una empresa de energía podría cabildear en contra de esa misma ley para proteger sus beneficios. Cuando esta influencia se ejerce de forma transparente, se conoce a los actores, los intereses que defienden y los recursos que utilizan.

Sin embargo, el lobbying puede desviarse hacia la corrupción cuando se utiliza el dinero, los favores o las amenazas para obtener un trato preferencial. Esto puede incluir el soborno, la financiación ilegal de campañas políticas o los "pagos por debajo de la mesa" para garantizar que una ley se apruebe o se derogue. La falta de regulación en muchos países permite que el lobbying opere en las sombras, facilitando la corrupción. 

Retos del Cabildeo 

Los principales desafíos del lobbying son: 

1. La falta de transparencia: En muchos países no existe un registro público de los lobistas, lo que dificulta saber quién está influyendo en las políticas y con qué fin. La falta de esta información es lo que permite que el lobbying se convierta en corrupción, ya que las actividades ilícitas pueden pasar desapercibidas. 

2. La desigualdad en el acceso: Grandes corporaciones y grupos de interés con enormes recursos pueden permitirse contratar a los mejores lobistas, lo que les da una ventaja desproporcionada sobre las organizaciones más pequeñas y menos financiadas. Esto puede resultar en políticas que benefician a los ricos y poderosos a expensas del bien común. 

3. El fenómeno de la puerta giratoria: Cuando los políticos y funcionarios públicos abandonan sus cargos para convertirse en lobistas, pueden usar sus contactos y conocimientos privilegiados para beneficiar a sus clientes. Esto puede dar lugar a conflictos de interés, ya que es posible que beneficien a sus antiguos empleadores o a quienes los contrataron en su nuevo puesto. 

Marco Regulatorio 

Para abordar los riesgos de corrupción, muchos países han implementado regulaciones para el lobbying. Estas regulaciones incluyen registros de lobistas o cabilderos, códigos de ética y límites en las donaciones a campañas políticas. La Unión Europea y Estados Unidos, por ejemplo, tienen marcos regulatorios para monitorear el lobbying, que incluyen la divulgación de quiénes son los cabilderos, a quién representan y cuánto gastan. Si bien estos marcos no eliminan por completo la corrupción, la hacen más difícil al exponer a los actores y sus intereses a la luz pública. La transparencia, en este contexto, es un escudo contra la corrupción. 

martes, 18 de noviembre de 2025

Lobbying: El Poder en la Sombra

Resumen

El lobbying, entendido como la gestión de intereses ante los centros de decisión pública, constituye uno de los mecanismos más influyentes —y a la vez, más controvertidos— en los sistemas democráticos contemporáneos. Este artículo reflexiona sobre su papel en la construcción del poder, la legitimidad de su ejercicio y sus riesgos éticos, especialmente en contextos donde la transparencia institucional es frágil. A partir de aportes teóricos y reflexiones del blog Mercadeo Corporativo de Campo Elías Camacho Marín, se argumenta que el lobbying es una herramienta de articulación social que puede derivar en influencia indebida si no está regulada ni sometida al escrutinio público.

 

1. Introducción: la paradoja del lobbying

El lobbying suele presentarse como “el poder en la sombra”: una práctica a medio camino entre la mediación legítima y la influencia opaca. En países con democracias consolidadas, se le reconoce como un componente fundamental de la representación pluralista. En contextos con instituciones débiles, en cambio, se asocia a corrupción, captura del Estado y desigualdad en el acceso al poder.

Como señala Camacho Marín en Mercadeo Corporativo: “El lobbying representa una intersección entre política, comunicación y ética. Su otra cara es el espacio donde confluyen la persuasión, la información y la influencia”. Esta doble dimensión revela que no es la herramienta en sí la que resulta problemática, sino su uso, su regulación y sus mecanismos de control.

 

2. Naturaleza del lobbying: entre la representación y la influencia

El lobbying es definido por Berry (1997) como “la actividad organizada de actores privados para influir en las decisiones gubernamentales”. Más allá de su denominación, su esencia es la mediación entre intereses privados y poder público.

Autores como Baumgartner y Leech (1998) advierten que no debe entenderse como manipulación directa, sino como un proceso de diálogo estructurado, donde grupos organizados aportan información técnica o estratégica para la toma de decisiones.

En palabras de Camacho Marín, “si se ejerce desde la transparencia y el respeto por lo público, el lobby puede convertirse en un instrumento de equilibrio entre las demandas sociales y la acción del Estado”. Esta visión reivindica la función positiva del lobbying como mecanismo democrático.

 

3. El poder en la sombra: ¿influencia o captura?

Pese a sus potenciales beneficios, el lobbying enfrenta críticas profundas por su capacidad para distorsionar el juego democrático. Pineda-Cachero y Castillo-Esparcia (2020) sostienen que “la ausencia de transparencia puede convertir la influencia en dominación”, poniendo en riesgo los principios de igualdad política.

El problema se agudiza cuando:

  • Los grupos con mayor capacidad económica monopolizan el acceso a los decisores.
  • No existen registros públicos ni requisitos de rendición de cuentas.
  • La línea entre lobby, tráfico de influencias o corrupción se torna difusa.

Camacho Marín señala: “El riesgo no es el lobby en sí mismo; el riesgo es la opacidad que lo rodea. Cuando los intereses se gestionan detrás del telón, las instituciones se debilitan”.

 

4. Lobbying y comunicación: la retórica del poder

El lobby es también un ejercicio retórico. Persuadir, argumentar, enmarcar problemas y soluciones: todo ello configura discursos de poder. Heath (2010) lo entiende como parte de la comunicación estratégica, donde se construyen narrativas capaces de orientar decisiones públicas.

Esto implica que el lobby opera en tres niveles:

  1. Cognitivo: provee información o interpreta datos.
  2. Emocional: activa percepciones, riesgos o sensibilidades.
  3. Normativo: establece qué intereses son legítimos y cuáles no.

Camacho Marín lo expresa así: “Quien controla el relato controla el debate, y quien controla el debate, influye en la decisión. El lobby se mueve precisamente en ese territorio narrativo donde se define la agenda pública”.

 

5. Ética y transparencia: los pilares de una práctica legítima

La legitimidad del lobbying depende de su alineación con los valores democráticos. La OCDE (2021) insiste en que la regulación del lobby debe garantizar:

  • Acceso equitativo a los procesos de decisión.
  • Transparencia de actores e intereses.
  • Responsabilidad de los gestores.
  • Integridad en la interacción público–privada.

En línea con ello, Camacho Marín enfatiza: “No se trata de eliminar el lobby, sino de hacerlo visible. El problema no es la influencia, sino la sombra”.
Una política pública transparente y una ciudadanía informada constituyen las mejores prácticas frente al abuso.

 

6. Conclusión: ¿hacia un lobbying democrático?

El lobbying es inevitable en cualquier sociedad compleja. La pregunta no es si debe existir, sino cómo debe practicarse. Estigmatizarlo no es lo correcto; romantizarlo es peligroso. El desafío radica en construir un modelo de lobby transparente, regulado y orientado al bien común.

En última instancia, el poder en la sombra no debe desaparecer, sino hacerse visible. Como advierte Camacho Marín: “Cuando la política se decide sin que la ciudadanía pueda mirar, no estamos ante un lobby legítimo, sino ante un poder que se esconde”.

Regular, legitimar y educar sobre el lobbying es una tarea urgente para fortalecer las democracias latinoamericanas.

Del Vendedor al Asesor: El Arte de Descubrir Necesidades

En el mundo contemporáneo de los negocios, donde la información fluye con tanta velocidad como las expectativas del consumidor, el rol del vendedor ha sufrido una transformación profunda. Hoy, vender ya no es sinónimo de convencer, presionar o insistir. Vender es escuchar, comprender y orientar. Como bien señalan las premisas que abren esta reflexión:

  • El vendedor no crea necesidades, las descubre.
  • No hables del producto, entiende el problema.
  • No vendas, guía al cliente a tomar la mejor decisión.

Estas afirmaciones condensan la esencia del nuevo paradigma comercial, donde el vendedor deja de ser un emisor de información para convertirse en un asesor estratégico, un intérprete de las motivaciones del cliente y un acompañante en su proceso de decisión.

1. De la Persuasión a la Exploración: Descubrir en lugar de imponer

Durante décadas, la venta fue vista como una actividad centrada en la argumentación: presentar características, destacar beneficios y persuadir al cliente hasta lograr la conversión. Sin embargo, como advierte Philip Kotler, “la mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos”, recordándonos que el verdadero impacto se genera cuando la solución responde a una necesidad real y profunda.

Hoy se comprende que no existe venta sin escucha, y que un vendedor que intenta crear necesidades está caminando sobre terreno frágil. En cambio, aquel que hace preguntas pertinentes —como sugiere Neil Rackham en SPIN Selling— logra que el cliente revele por sí mismo sus preocupaciones, expectativas y metas.

Rackham afirma:

 “Las mejores ventas no se construyen sobre afirmaciones, sino sobre preguntas”.

2. No hables del producto: habla del problema

Una de las fallas más comunes de los vendedores promedio es “vender desde el producto”. Hablan de características técnicas, ventajas comparativas o atributos funcionales, sin detenerse a comprender que el cliente no compra un producto: compra una transformación.

Zig Ziglar lo enseñaba con claridad:


“La gente no compra productos, compra lo que esos productos hacen por ellos”.

Por eso, en lugar de iniciar con un discurso aprendido, el vendedor moderno se sienta, observa, escucha y pregunta:


¿Qué le preocupa?
¿Qué desea mejorar?
¿Qué le impide avanzar?

Solo desde ahí puede aparecer una recomendación auténtica y útil, una verdadera asesoría y guía.

Como lo dice Campo Elías Camacho Marín en sus reflexiones de Mercadeo Hoy:


“Un vendedor profesional no empuja productos: acompaña decisiones”.

Este enfoque nos recuerda que la empatía es un arma competitiva.

3. No vendas: guía al cliente hacia la mejor decisión

La premisa contemporánea es clara: la venta no es una transacción, es un proceso de acompañamiento. El vendedor se convierte en un consultor que ayuda al cliente a tomar la decisión más beneficiosa según su contexto. En palabras de Jeffrey Gitomer:


“Las personas no quieren que les vendan, quieren tomar decisiones inteligentes”.

Por eso, el vendedor debe comprender que su éxito depende de la confianza que sea capaz de construir. Cuando un asesor muestra genuino interés en el bienestar del cliente, cuando recomienda lo más conveniente —incluso si eso implica renunciar a una venta inmediata— se gana un activo más valioso: credibilidad.

Como señala Camacho Marín en sus reflexiones de ventas en Mercadeo Corporativo:


“El vendedor de alto rendimiento hace preguntas y descubre lo que realmente importa”.


Esa es la esencia del enfoque consultivo: ayudar a que el cliente llegue, por sí mismo, a comprender cuál es la solución que realmente necesita.

4. La Venta como Creación de Valor

La evolución del vendedor hacia asesor es coherente con la visión humanista del marketing. Kotler y Keller insisten en que el marketing moderno debe enfocarse en “crear valor para el cliente y construir relaciones sostenibles”. Esto implica ver la venta no como un fin, sino como un medio para aportar soluciones significativas.

Un vendedor que descubre necesidades se convierte en un generador de confianza. Un vendedor que entiende el problema se convierte en un aliado. Un vendedor que guía decisiones se convierte en un socio estratégico.

 

Reflexión final

El vendedor de hoy no es un orador, sino un analista; no es un improvisador, sino un acompañante; no es un repetidor de beneficios, sino un arquitecto de soluciones. Su éxito no se mide únicamente en cierres, sino en relaciones, retornos y experiencias.

Las ventas ya no se tratan de hablar más fuerte, sino de escuchar mejor.
No se trata de empujar, sino de entender.
No se trata de vender, sino de guiar.

Tal como concluye Campo Elías Camacho Marín en sus escritos sobre ventas consultivas:


“El producto es lo que entregas; la solución es lo que el cliente recuerda”.

 

La chispa de la promoción y el valor de la marca

Resumen

En el escenario competitivo actual, las marcas enfrentan el reto de diferenciarse en mercados saturados y  emocionalmente volátiles (cambiantes). En este contexto, la promoción se convierte en la “chispa” que mantiene viva la percepción de valor de la marca en la mente del consumidor (top of mind). Este artículo analiza la relación entre promoción y valor de marca (brand equity) desde una perspectiva estratégica, destacando cómo las acciones promocionales pueden fortalecer —o debilitar— el posicionamiento y la identidad de las organizaciones. 

A partir de referentes teóricos como Aaker (1996), Kotler y Keller (2016), y Godin (2018), se discute la necesidad de que la promoción evolucione de lo táctico a lo simbólico, generando experiencias que refuercen la promesa de la marca y su conexión emocional con el consumidor contemporáneo.

Palabras clave: promoción, valor de marca, marketing estratégico, posicionamiento, branding, comunicación de marca.

1. Introducción
En un mundo donde las marcas compiten no solo por cuota de mercado sino por atención y afecto, la promoción actúa como el detonante emocional que impulsa la recordación, el interés y la acción de compra. Sin embargo, más allá de ser un simple estímulo comercial, la promoción debe entenderse como un instrumento de construcción simbólica: una expresión tangible de los valores, la personalidad y la promesa que la marca encarna.

“La promoción es la chispa que enciende la percepción de valor de una marca, sin ella, la llama del posicionamiento se apaga lentamente.” (Camacho Marín, 2025).

2. El valor de la marca como activo estratégico
El concepto de valor de marca (brand equity) ha sido ampliamente desarrollado por autores como David Aaker (1996) y Kevin Lane Keller (2013). Para Aaker, el valor de marca es “un conjunto de activos y pasivos vinculados al nombre y símbolo de una marca que añaden o sustraen valor al producto o servicio que ofrece una empresa”. Este valor incluye componentes como lealtad del consumidor, reconocimiento, calidad percibida y asociaciones simbólicas.

3. La promoción: del estímulo táctico al vínculo emocional
La promoción forma parte del mix de comunicación de marketing y se define como el conjunto de actividades diseñadas para informar, persuadir y recordar a los consumidores sobre una marca o producto (Kotler & Armstrong, 2020). Su papel clásico ha sido generar movimiento comercial a corto plazo, pero su relevancia estratégica ha crecido al influir directamente en la construcción de significados de marca.

4. Promoción y valor de marca: una relación simbiótica
La relación entre promoción y valor de marca puede entenderse como un ciclo continuo: la promoción estimula la recordación y refuerza las asociaciones positivas, mientras que el valor de marca potencia la efectividad de la promoción.

5. Estrategias promocionales orientadas al fortalecimiento de marca
Las promociones con propósito, el storytelling promocional, las experiencias interactivas y las promociones premium son estrategias que buscan alinear la acción táctica con el fortalecimiento simbólico del valor de marca.

6. Riesgos y desafíos de la promoción contemporánea
Aunque las promociones son esenciales, su mal manejo puede generar efectos adversos: desgaste de imagen, enfoque excesivo en el precio o pérdida de autenticidad. La planificación debe alinearse con la estrategia integral de branding.

7. Conclusiones
La promoción, lejos de ser un recurso efímero, constituye una herramienta estratégica de gestión del valor de marca. Su papel no debe reducirse a impulsar ventas, sino a encender y mantener viva la conexión emocional entre la marca y sus consumidores.

Referencias bibliográficas
Aaker, D. A. (1996). Building Strong Brands. The Free Press.
Godin, S. (2018). This Is Marketing: You Can’t Be Seen Until You Learn to See. Penguin Books.
Keller, K. L. (2013). Strategic Brand Management: Building, Measuring, and Managing Brand Equity. Pearson Education.
Kotler, P., & Armstrong, G. (2020). Principles of Marketing (18th ed.). Pearson.
Kotler, P., & Keller, K. L. (2016). Marketing Management (15th ed.). Pearson.
Camacho Marín, C. E. (2025). Reflexiones sobre la comunicación de marca y la promoción estratégica. Manuscrito inédito.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Estrategias para Motivar y Retener a los Vendedores: Una Reflexión para Líderes de Ventas

Resumen

La motivación y la retención del equipo comercial son dos de los mayores desafíos de cualquier organización orientada al mercado. Este artículo reflexivo propone estrategias prácticas y profundas que ayudan a comprender qué impulsa a los vendedores, cómo sostener su motivación y cómo crear una cultura que evite la rotación y potencie el compromiso.

Palabras clave: motivación, retención de talento, liderazgo comercial, gestión de ventas, clima laboral.

 

Introducción

Los equipos de ventas son la fuerza vital de las organizaciones. Sin embargo, también son el grupo más expuesto al desaire laboral, desgaste emocional, presión por resultados, frustración por metas imprecisas y desmotivación por políticas mal diseñadas. Retenerlos no es solo un reto, es una necesidad estratégica: reemplazar un vendedor puede costar entre 1 y 1.5 veces su salario anual, sin contar el tiempo perdido en curva de aprendizaje.


En este escenario, el papel del líder de ventas es determinante. Motivar y retener no se logra con discursos esporádicos, sino con un sistema coherente de prácticas y una comprensión profunda del comportamiento humano.

 

1. Entender qué motiva realmente a un vendedor

El error más común es creer que la motivación es exclusivamente económica. Si bien la compensación es crucial, no es suficiente. La realidad muestra que los vendedores se mueven por:

Reconocimiento significativo

Al vendedor lo impulsa saber que su trabajo tiene impacto. El reconocimiento debe ser oportuno, específico y visible, nunca genérico ni tardío.

Autonomía para crear y decidir

La rigidez excesiva mata la creatividad comercial. Cuando un vendedor siente que puede diseñar estrategias, administrar su cartera o proponer acciones, aumenta su sentido de propiedad.

Claridad de metas y expectativas

La motivación disminuye cuando las metas cambian constantemente o no tienen relación con la realidad del mercado. La transparencia genera confianza.

Crecimiento y aprendizaje continuo

Los vendedores no se desmotivan por trabajar duro; se desmotivan cuando no ven progresar su carrera o sus habilidades.

 

2. Estrategias para motivar de manera sostenida

2.1 Diseñar un modelo de compensación justo y retador

El modelo ideal debe equilibrar:

  • Salario base estable, que reduzca ansiedad.
  • Comisión sin techo, para evitar la percepción de castigo al alto desempeño.
  • Bonos de logro, por metas superadas, nuevos clientes y fidelización.
  • Incentivos no económicos, como días libres, formación, membresías, reconocimientos, convenciones, etc.

Regla de oro: si el vendedor no entiende su esquema de pago en segundos, el modelo está mal diseñado.

 

2.2 Construir un liderazgo que impulse, no que controle

El liderazgo impositivo genera obediencia temporal, pero nunca compromiso. Los vendedores necesitan líderes que:

  • Escuchen activamente, no solo hablen.
  • Orienten con datos, no con emociones volátiles.
  • Apoyen en campo, no únicamente desde el escritorio.
  • Den retroalimentación constante, en tono formativo y no humillante.
  • Inspiren, mostrando coherencia entre discurso y acción.

Regla de oro: El líder es el principal motivador o desmotivador de un equipo de ventas.

 

2.3 Crear una cultura de reconocimiento y celebración

Motivar no es “hacer fiesta”; es generar sentido de pertenencia. Algunas prácticas para hacerlo son:

  • Reuniones mensuales de logros.
  • Historias de éxito para aprender del desempeño sobresaliente.
  • Reconocimientos por esfuerzo, no solo por resultados.
  • Premios simbólicos (placas, menciones, diplomas).

Regla de oro: El reconocimiento público tiene un efecto emocional duradero.

 

2.4 Formación permanente como estrategia de retención

Un vendedor entrenado vende más y se queda más tiempo. Las mejores organizaciones tienen:

  • Programas de entrenamiento trimestral.
  • Microcápsulas de formación semanal.
  • Coaching individual para vendedores clave.
  • Clínicas de ventas basadas en casos reales.

La ecuación es simple: si la empresa no invierte en ellos, los vendedores no invertirán su esfuerzo en la empresa.

 

3. Estrategias para retener a los vendedores en el largo plazo

3.1 Construir un clima laboral sano

La retención depende más del clima que del salario. Un ambiente tóxico expulsa al talento.

Un clima sano se construye cuando hay:

  • Respeto entre colegas.
  • Procesos claros.
  • Charlas de solución, no de culpa.
  • Líderes accesibles.
  • Flexibilidad y empatía.

 

3.2 Alinear los valores del vendedor con los valores de la empresa

Los vendedores se quedan donde sienten que su labor tiene propósito.
Las empresas que comunican para qué venden —más allá del cuánto— logran compromiso emocional.

 

3.3 Planes de carrera y proyección

Muchos vendedores se van porque “no ven futuro”.
Un plan de carrera puede incluir:

  • Ascenso a ejecutivo senior.
  • Promoción a líder de ventas o coordinador.
  • Especialización en cuentas clave.
  • Formación para roles en mercadeo o desarrollo de negocio.

Regla de oro: Cuando el vendedor ve camino, se queda.

 

3.4 Estabilidad emocional y administrativa

La alta rotación de políticas internas, cambios bruscos de metas o rediseños sin explicación producen incertidumbre.
La estabilidad se traduce en:

  • Coherencia.
  • Consistencia.
  • Justicia.
  • Transparencia.

Regla de oro: Si el vendedor siente “suelo firme”, podrá entregar su máximo rendimiento.

 

4. Reflexión final: Retener es un acto de liderazgo, no de obligación

Motivar y retener no depende de un bono, una fiesta o un discurso. Depende del liderazgo humano que entiende la naturaleza emocional del trabajo comercial.
Los vendedores son estrategas, negociadores, embajadores de marca, psicólogos y gestores de relaciones. Requieren apoyo, formación, claridad, inspiración y herramientas reales.

Un equipo comercial motivado no es un lujo; es la base de la sostenibilidad empresarial.

Cuando el líder reconoce esto, deja de “presionar” vendedores y empieza a construir equipos de alto desempeño, comprometidos, leales y listos para crecer junto a la organización.

 

Vende la Experiencia, No el Producto: Reflexiones Sobre un Principio Clave del Marketing Moderno

En un mercado saturado, donde los productos se parecen cada vez más y la competencia es cuestión de detalles, la diferenciación ya no se juega en las características técnicas, sino en las experiencias y soluciones que las marcas son capaces de construir alrededor de ellos. Por eso, la máxima “vende la experiencia, no el producto; vende la solución, no el producto” se ha convertido en una dirección estratégica para el marketing contemporáneo.

Philip Kotler, considerado el padre del marketing moderno, sostiene que “los consumidores no compran productos, compran satisfacciones”. Esta frase, que parece sencilla, encierra una verdad profunda: el valor real de lo que una empresa ofrece no está en el objeto en sí, sino en lo que ese objeto resuelve, permite o simboliza en la vida del cliente.

1. La experiencia como nuevo valor agregado

Joseph Pine y James Gilmore (1999), creadores del concepto de la Economía de la Experiencia, afirman que “las empresas no solo compiten por entregar bienes o servicios, sino por diseñar experiencias memorables”. Según ellos, la experiencia transforma la percepción del cliente y crea vínculos emocionales más fuertes que cualquier característica funcional.

Una bebida no es solo una bebida: es un momento. Un celular no es solo un dispositivo: es la ventana al mundo. Una prenda no es solo tela: es identidad.

Como señala Campo Elías Camacho Marín, en sus reflexiones en Mercadeo Hoy, “la marca no se posiciona por lo que dice, sino por lo que el cliente siente cuando la experimenta”. En otras palabras, las emociones que acompañan la compra pesan más que la compra misma.

2. La solución como esencia del valor

Peter Drucker, uno de los pensadores más influyentes en la gestión empresarial, lo expresó con claridad: “El propósito de un negocio es crear un cliente”. Y un cliente se crea cuando la empresa resuelve un problema real o satisface una necesidad que importaba.

La atención, por tanto, se desplaza del producto como unidad física al producto como medio para un fin superior: facilitar la vida, reducir esfuerzos, aumentar bienestar, resolver problemas, brindar soluciones.

El autor Seth Godin complementa esta idea afirmando: “No se trata de tener el mejor producto, sino el producto que mejor resuelve lo que al cliente le quita el sueño”. Las empresas que entienden esto dejan de vender productos y empiezan a vender transformaciones.

3. De las características y atributos del producto a los significados

El cliente actual no quiere escuchar una lista de atributos. Quiere saber:

  • ¿Qué cambia en mi vida?
  • ¿Qué problema importante resuelves?
  • ¿Qué experiencia emocional me entregas?
  • ¿Qué historia puedo vivir contigo?

Por eso, Simon Sinek propone empezar siempre con el “por qué”: las personas conectan con el propósito, no con el producto. Cuando una empresa logra comunicar ese propósito, el producto se convierte en un vehículo, no en el protagonista.

4. Reflexión final

Vender la experiencia y vender la solución implica cambiar la forma de ver el mercado: dejar de mirar lo que producimos y enfocarnos en lo que el cliente vive.
En última instancia, como afirma Campo Elías Camacho Marín: “El producto es lo que vendes, pero la experiencia es lo que te hace inolvidable”.

En un mundo saturado donde todo se copia, la única ventaja sostenible es la emoción que despiertas y la solución que entregas, por ende, tengamos presente otra frase de Camacho Marín cuando dice: “En un mercado espejo el producto que no se distingue, se extingue.
Ahí es donde nace el verdadero valor, el verdadero marketing y la verdadera conexión humana.

 

jueves, 13 de noviembre de 2025

Negociar en tiempos de crisis: estrategias para enfrentar y transformar los conflictos

Resumen

Las crisis, en el ámbito empresarial y global, ponen a prueba no solo la solidez de las organizaciones, sino también la madurez emocional y estratégica de sus líderes. En esos escenarios, la negociación deja de ser un instrumento transaccional para convertirse en un proceso de reconstrucción de confianza, equilibrio y sostenibilidad. Este artículo reflexiona sobre las estrategias y principios que permiten enfrentar, manejar y negociar eficazmente en contextos de crisis y conflicto, enfatizando el papel del liderazgo empático, la comunicación y la inteligencia emocional como ejes transformadores.

Palabras clave: crisis, conflicto, negociación, liderazgo, comunicación, empatía.

 

1. Introducción: la crisis como catalizador de cambio

En el mundo empresarial contemporáneo, las crisis son inevitables. Pueden surgir de factores económicos, políticos, ambientales o sociales, y suelen desencadenar tensiones internas y externas. Sin embargo, como afirma Camacho Marín (2023), “toda crisis, más que una amenaza, es una oportunidad para redefinir la forma en que una organización conversa, decide y actúa”.

La gestión de crisis no se reduce a apagar incendios, sino a transformar el conflicto en una oportunidad de aprendizaje colectivo y renegociación de intereses. En ese proceso, la negociación se convierte en una herramienta esencial para restablecer equilibrios y construir soluciones sostenibles.

 

2. El conflicto como escenario de negociación

El conflicto, lejos de ser un elemento negativo, puede ser una fuente de innovación y crecimiento si se aborda con una perspectiva estratégica. Según Lewicki, Barry y Saunders (2021), los conflictos son inevitables porque surgen de percepciones y metas divergentes, pero su resultado depende de la forma en que se gestionen.

El negociador efectivo entiende que la primera tarea no es eliminar el conflicto, sino reconocer sus causas: intereses ocultos, fallas de comunicación o diferencias de valores. Solo a partir de ese diagnóstico es posible diseñar estrategias de negociación basadas en cooperación, información transparente y búsqueda de beneficios mutuos.

 

3. Enfrentar la crisis: del control a la colaboración

Durante una crisis, los estilos autoritarios o reactivos suelen profundizar las tensiones. Los líderes modernos entienden que la clave está en pasar del control a la colaboración.

Fisher y Ury (1981) plantean que la negociación debe basarse en principios: separar a las personas del problema, concentrarse en los intereses y no en las posiciones, y buscar opciones que beneficien a ambas partes.

Aplicado a los contextos de crisis, esto implica promover un diálogo constructivo que priorice la empatía, la confianza y la comunicación abierta.
Como enfatiza Goleman (2013), la inteligencia emocional es el factor que permite mantener la calma, comprender las emociones de los demás y decidir con claridad incluso bajo presión.

 

4. Estrategias para negociar en tiempos de incertidumbre

Negociar en crisis requiere flexibilidad, preparación y visión sistémica. Algunas estrategias clave son:

·         Escuchar activamente: comprender las necesidades reales del otro y validar sus preocupaciones.

·         Gestionar la información: evitar los rumores y trabajar con datos verificables.

·         Construir confianza: cumplir compromisos, incluso pequeños, para mantener credibilidad.

·         Proponer soluciones escalonadas: permitir avances progresivos cuando no se puede resolver todo de inmediato.

·         Evaluar el BATNA (Best Alternative to a Negotiated Agreement): conocer la mejor alternativa si no hay acuerdo, pero sin cerrarse a nuevas posibilidades.

Camacho Marín (2022) señala que “el liderazgo negociador no se mide por la imposición de acuerdos, sino por la capacidad de mantener la relación viva cuando el entorno se desmorona”. En tiempos de crisis, esa habilidad marca la diferencia entre sobrevivir o evolucionar.

 

5. De la negociación al aprendizaje organizacional

Cada crisis deja lecciones. Las organizaciones que analizan sus procesos de negociación post-crisis desarrollan una resiliencia estratégica que las fortalece ante futuras contingencias. La negociación, en este sentido, no solo resuelve conflictos, sino que construye cultura organizacional basada en diálogo, adaptación y mejora continua.

De acuerdo con Masten (2021), la resiliencia no es resistencia al cambio, sino la capacidad de reorganizarse sin perder identidad ni propósito. La negociación post-crisis, por tanto, es un proceso de reconstrucción relacional, más que un simple cierre de acuerdos.

 

6. Conclusiones

Negociar en tiempos de crisis exige una nueva mirada: más humana, más flexible y estratégica. Enfrentar y manejar los conflictos no consiste en evitarlos, sino en gestionarlos con inteligencia emocional, ética y empatía.

Los líderes del siglo XXI deben entender que negociar es construir puentes en medio de la crisis, y que cada decisión puede marcar el futuro de las relaciones empresariales y sociales. Solo así la negociación se convierte en una herramienta de transformación y no de confrontación.

 

Referencias

  • Camacho Marín, C. E. (2022). El liderazgo negociador en entornos de incertidumbre. Blog Mercadeo Hoy.
  • Camacho Marín, C. E. (2023). Crisis y confianza: cómo negociar cuando todo cambia. Blog Mercadeo Corporativo.
  • Fisher, R., & Ury, W. (1981). Getting to Yes: Negotiating Agreement Without Giving In. Penguin Books.
  • Goleman, D. (2013). Focus: The Hidden Driver of Excellence. HarperCollins.
  • Lewicki, R. J., Barry, B., & Saunders, D. M. (2021). Negotiation. McGraw-Hill Education.
  • Masten, A. S. (2021). Resilience in Development: The Power of Ordinary Magic. Guilford Press.

 

Negociar con empatía: la estrategia invisible en los negocios internacionales

Resumen

En los negocios internacionales, la negociación trasciende el simple intercambio de intereses económicos. Cada encuentro comercial está mediado por factores culturales, emocionales y relacionales que determinan el éxito o fracaso de un acuerdo. Este artículo reflexiona sobre la empatía como una estrategia invisible, pero esencial, que permite generar confianza, reducir tensiones y construir acuerdos sostenibles en contextos globales.

Palabras clave: negociación internacional, empatía, cultura empresarial, estrategia, comunicación, relaciones estratégicas.

 

1. La empatía como ventaja competitiva

La empatía —entendida como la capacidad de comprender el punto de vista y las emociones del otro— se ha convertido en un activo intangible de valor estratégico. En la era del comercio global, donde las diferencias culturales pueden ser barreras o puentes, el negociador empático no busca ganar a toda costa, sino entender antes de convencer.

Como plantea Camacho Marín (2023) en Mercadeo Corporativo:

“Negociar con empatía no significa ceder, sino conectar. Es descubrir las razones humanas detrás de los números y las cláusulas.”

Este enfoque desplaza la lógica tradicional del “yo gano, tú pierdes” hacia una visión colaborativa que prioriza relaciones a largo plazo y alianzas basadas en la confianza.

 

2. La dimensión cultural de la negociación

Las diferencias en la comunicación, la percepción del tiempo, la jerarquía o el protocolo influyen significativamente en los procesos de negociación internacional. Un error común es interpretar el comportamiento ajeno desde la propia cultura, generando choques o desconfianza.

Autores como Hofstede (2011) y Trompenaars (1997) han demostrado que los valores culturales determinan las formas de negociación. En este contexto, la empatía se convierte en una herramienta de traducción intercultural: permite leer entre líneas, adaptarse al ritmo del otro y reconocer las prioridades invisibles de cada parte.

 

3. Empatía y comunicación efectiva

La empatía se expresa a través de la escucha activa, el lenguaje no verbal y la validación emocional del interlocutor.

De acuerdo con Fisher y Ury (1981) en Getting to Yes, la clave para una negociación efectiva está en “separar las personas del problema”. Sin embargo, esto no implica ignorar las emociones, sino reconocerlas sin dejar que dominen el proceso.

El negociador empático domina el arte de preguntar con intención y responder con comprensión, lo cual genera un clima de apertura y reduce la resistencia. En los negocios internacionales, esta actitud facilita la adaptación y la creación de valor compartido.

 

4. De la estrategia visible a la invisible

Mientras la mayoría de los manuales de negociación se concentran en tácticas, concesiones y BATNA (Best Alternative to a Negotiated Agreement - La mejor alternativa a un acuerdo negociado), la empatía opera en un plano invisible pero determinante.

Es la base que permite sostener acuerdos cuando surgen imprevistos, crisis logísticas o fluctuaciones del mercado.

“El negociador que sabe escuchar no solo cierra contratos, sino que abre relaciones”, afirma Camacho Marín (2022) en Mercadeo Hoy.

Esa capacidad de leer el contexto humano es lo que distingue al negociador transaccional del estratega relacional.

 

5. Conclusión

Negociar con empatía es una forma de liderazgo en acción. En un mundo donde los negocios cruzan fronteras físicas y culturales, la empatía deja de ser un atributo blando para convertirse en un factor crítico de éxito internacional.

Formar negociadores empáticos implica desarrollar competencias de inteligencia emocional, sensibilidad cultural y comunicación asertiva, esenciales para construir acuerdos sostenibles y relaciones duraderas.

 

Referencias

  • Camacho Marín, C. E. (2022). El negociador que sabe escuchar no solo cierra contratos, sino que abre relaciones. Blog Mercadeo Hoy.
  • Camacho Marín, C. E. (2023). Negociar con empatía: la estrategia invisible en los negocios internacionales. Blog Mercadeo Corporativo.
  • Fisher, R., & Ury, W. (1981). Getting to Yes: Negotiating Agreement Without Giving In. Penguin Books.
  • Hofstede, G. (2011). Dimensionalizing Cultures: The Hofstede Model in Context. Online Readings in Psychology and Culture.
  • Trompenaars, F. (1997). Riding the Waves of Culture: Understanding Diversity in Global Business. McGraw-Hill.